FOTO: LDU

Algo huele mal en Ponciano… y no es precisamente el césped. Liga Deportiva Universitaria atraviesa una de esas tormentas donde todos se mojan y nadie se responsabiliza. Cuatro partidos, una victoria (allá en Ambato, el 10 de mayo), un empate y dos derrotas. Y lo peor: una dura derrota ante Flamengo que dejó su clasificación a octavos de Libertadores colgando de un milagro.

¿De quién es la culpa? Del técnico que no encuentra el rumbo, de jugadores que caminan cuando deberían correr, o de una directiva que observa todo desde su palco, como si nada pasara.

Liga tiene historia. Y parece que algunos están empeñados en borrarla a punta de excusas.
La hinchada lo ve, lo siente y lo grita: ¡así no se juega con el orgullo albo!

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