Italia es una fiesta, sí. Napoli volvió a coronarse como campeón de la Serie A y Diego debe estar bailando en el cielo. Pero mientras los del sur descorchan champán, los ecuatorianos tenemos el corazón en la garganta.
Porque en el norte, John Yeboah y su Venezia se juegan la vida. Penúltimos, con el agua hasta el cuello y la calculadora en la mano, necesitan un milagro vaticano: ganarle a la Juventus (sí, la Juventus) y que tanto Lecce como Empoli pierdan sus partidos. Fácil, ¿no?
Hoy no es un domingo cualquiera. Es uno de esos días donde el fútbol no se juega solo con los pies, sino con el alma. En Napoli hay gloria. En Venecia, angustia. Y en Ecuador… puro nervio.
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