fuente: geliberth cabrera

Emelec tocó fondo. Deudas, sanciones, caos dirigencial. Pero hoy, el Bombillo vuelve a encenderse.
Con Miguel Falero al mando, las cuentas en orden y la hinchada recuperando la fe, la verdadera Explosión Azul no es solo un show: es el grito de un gigante que quiere renacer.

No es casualidad. Es reconstrucción. Es un nuevo comienzo… y un mensaje para todos.

Porque mientras en Guayaquil se respira renovación, en Quito, los albos enfrentan su propio espejo.
Vitamina ya no está. La Libertadores aún sigue viva.
Y el pedido de la gente es claro: basta de parches, es hora de una verdadera transformación.

Liga tiene más plantel, más historia, más razones para volver.
¿El camino? Lo está mostrando Emelec: empezar desde cero, recuperar identidad y volver a creer.

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