El fútbol volvió a mostrar su cara más humana y sensible este sábado. Ángel Di María, el campeón del mundo, regresó al club que lo vio nacer y no pudo contener las lágrimas.

El Gigante de Arroyito explotó cuando “Fideo” pisó el césped para el calentamiento previo al duelo entre Rosario Central y Godoy Cruz. Aplausos, cánticos y banderas envolvieron al ídolo, que miró al cielo con los ojos llenos de emoción, como quien sabe que está cumpliendo la promesa más grande: volver a casa. Tras 17 años de éxitos en Europa, Di María volvió para ponerse la camiseta que marcó sus inicios. No hacía falta que comenzara el partido; la historia ya se estaba escribiendo desde el momento en que su nombre retumbó en las tribunas.

Este es, sin duda, uno de los regresos más esperados y emotivos del fútbol argentino. Di María ya es leyenda… y ahora comienza su capítulo más sentimental en Rosario Central.

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