
Hace apenas unos meses, Keny Arroyo llegó al Besiktas con la etiqueta de fichaje estelar, heredando incluso el dorsal 10. Hoy, la historia es otra: críticas de la prensa, cuestionamientos en redes y una caída en la consideración del técnico que lo ha dejado fuera de los planes principales.
El mediocampista ecuatoriano, ex Independiente del Valle, atraviesa un momento incómodo. Su influencia en el juego se ha diluido y el protagonismo que tuvo en su llegada parece un recuerdo lejano. Para colmo, perdió el emblemático número que lucía en la espalda, un símbolo más de su pérdida de peso en el equipo.
El futuro de Arroyo en el club turco se tiñe de incertidumbre. Si no logra recuperar su nivel y volver a ganarse un puesto en el once titular, podría vivir un paso fugaz por un equipo que en su momento le abrió las puertas como figura.
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