Fuente | Óscar Portilla

Un lunes con 24 goles que dejaron claro quiénes se encaminan al hexagonal y quiénes se hunden en dudas.
Lo bueno: Barcelona que goleó en el Capwell como no lo hacía hace 45 años y por primera vez con ese marcador en el estadio remodelado. Independiente del Valle que volteó un partido en los últimos minutos, mostrando por qué es el líder. Deportivo Cuenca y Orense que casi sellan su boleto a la liguilla.

Lo malo: el clásico con sus viejos fantasmas, apagones, VAR al filo, robos a los equipos de transmisión y Católica que no levanta cabeza.

Lo feo: las botellas volando otra vez en el Capwell. Una postal repetida, un déjà vu de violencia que sigue sin sanciones duras. Así, el fútbol ecuatoriano vuelve a ganar y perder al mismo tiempo: espectáculo en la cancha, vergüenza en las tribunas.

Que la semana de Copa traiga lo que el torneo local aún no consigue: orden y respeto.

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