Quién diría que en este nuevo Mundial de Clubes 2025, los equipos de América iban a mirar de frente —y sin miedo— a los gigantes europeos. No, no es casualidad. Es carácter. Es fútbol.
Boca Juniors volvió a tener aroma de Intercontinental: le metió dos goles a Benfica en el primer tiempo y aunque terminó empatando, los goles lusos… también fueron argentinos. Porque América exporta talento, sí, pero también lo hace rendir cuando hay que competir. Palmeiras hizo un partidazo contra el Porto. El 0-0 no refleja la intensidad con la que los brasileños presionaron, corrieron y jugaron. Partido sin goles, pero con mensaje: no nos achicamos.
Fluminense fue otra joyita: con Jhon Arias regateando y disfrutando el fútbol, tuvo contra las cuerdas al Borussia Dortmund, sí, el subcampeón de Champions hace un año. Faltó el gol, sí, pero no la osadía. Y eso vale. Y ojo con Monterrey. Se paró frente al Inter de Milán —el último subcampeón europeo— y lo empató. Lo peleó. Lo igualó. Otra vez: esto ya no es cuento. América compite. Y compite bien.
Mientras tanto, Javier Tebas sigue diciendo que el torneo no sirve, que no hay nivel, que no hay intensidad. Pues bien, señor Tebas:
A lo mejor lo que falta no es fútbol… sino que sus ojos se abran un poquito más.
