
Esta noche, Huracán y Corinthians definen su destino en la Copa Sudamericana. Y aunque los escudos digan Argentina y Brasil, este partido también se juega en clave tricolor: Hernán Galíndez, el arquero de la Tri, se enfrenta a Félix Torres, el defensor que impone respeto en la zaga brasileña. Dos ecuatorianos, dos líderes silenciosos, dos nombres que hoy se juegan algo más que puntos. Se juegan jerarquía.
Galíndez ha sido el bastión de un Huracán que, con garra y orden, lidera su grupo y sueña en grande. El arquero, tantas veces cuestionado en el pasado, hoy responde con actuaciones que no necesitan gritar: ataja, ordena y sostiene. Y en frente tiene a un Félix Torres que no se esconde. Llegó a Corinthians para hacerse fuerte, para ser muralla, y hoy su equipo lo necesita como nunca. Solo la victoria les sirve. Solo un Félix impasable les dará la clasificación directa. Más allá de los escudos, lo que emociona es ver a ecuatorianos siendo protagonistas en instancias decisivas. Verlos en partidos que pesan. Y pesa, claro que pesa. Porque ganar hoy significa evitar un repechaje bravo contra un tercero de Libertadores. Porque ganar hoy es dejarle claro al continente que Ecuador no solo exporta talento, sino también carácter.
¿Quién se llevará el duelo? ¿El Huracán de Galíndez o el Timão de Torres? ¿El arquero que vuela o el central que impone? Sea quien sea, lo cierto es que la bandera está bien representada. Y en una noche copera como esta, eso ya es un triunfo.
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