El Clásico del Astillero no fue solo fútbol, fue un cóctel de goles, tensión y polémica. En el Capwell, Barcelona SC se impuso con autoridad 4-0 a un Emelec que no encontró respuestas y que, además, terminó envuelto en un marco manchado por los incidentes de violencia que obligaron a suspender el juego por momentos.

Los tantos de Octavio Rivero, Joaquín Valiente, Janner Corozo y Braian Oyola pintaron de amarillo la fiesta en territorio millonario. El contraste: un Emelec hundido en lo deportivo y que se aleja definitivamente de la pelea por el hexagonal.

La victoria queda para la historia, pero también la preocupación: el clásico más grande del país sigue arrastrando problemas de seguridad que Conmebol y LigaPro deberán atender de inmediato. Porque el fútbol se juega en la cancha, no en la tribuna.

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