
No fue por goles. Fue por números.
El Olympique Lyonnais, uno de los clubes más grandes de Francia, descendió oficialmente a la Ligue 2, pero no por rendimiento en la cancha, sino por una bomba administrativa. La DNCG, el organismo que fiscaliza las finanzas del fútbol profesional francés, detectó irregularidades graves en el manejo económico del club.
Resultado: descenso directo, sin importar que en lo deportivo habían asegurado su permanencia en la Ligue 1. Un golpe brutal para un equipo con 7 títulos de liga consecutivos (2002-2008), y que hasta hace poco peleaba puestos europeos.
Ahora, el histórico Lyon deberá reestructurarse en segunda, a menos que prospere una apelación urgente que el club ya prepara.