No fue una transferencia millonaria. Fue un adiós silencioso.
Darío Pazmiño, uno de los más regulares de El Nacional en esta temporada, se marcha del club por la puerta menos deseada: la de los impagos.
17 partidos, 2 goles, 7 asistencias… y cero pagos a tiempo.
Con ese currículum, el volante ecuatoriano rompió vínculo con los puros criollos y ahora prepara maletas para Irak, donde lo espera el Al Talaba Sport Club. Un destino que no estaba en las quinielas de nadie, pero que refleja algo más preocupante: la situación de varios clubes ecuatorianos que no logran retener a sus talentos, no por ofertas europeas, sino por deudas locales. Y lo más irónico: deja un vacío futbolístico en medio de una campaña donde era uno de los más destacados del equipo.
