El fútbol ecuatoriano se juega algo más que el orgullo este miércoles en la Copa Libertadores. Independiente del Valle y Barcelona SC no solo se enfrentan entre sí: se enfrentan al abismo. Uno podría seguir soñando con la gloria continental, otro tendrá que conformarse con la Sudamericana y el último, bueno, que vaya encendiendo la tele para ver los octavos desde el sofá.
Este choque no es un simple partido: es una sentencia. ¿Y qué pesa más? ¿La presión de IDV por justificar su modelo europeo con resultados que no llegan? ¿O la mochila de historia y drama que arrastra Barcelona SC, ese gigante que a veces juega como si fuera un enano?
¿Será que los de Sangolquí vuelven a demostrar que en silencio se construyen imperios? ¿O que el Ídolo aún sabe rugir cuando lo arrinconan? Porque no olvidemos: el que pierda, probablemente se despide de todo. Y si empatan bueno, hasta ese resultado puede ser un funeral compartido.
Prepárense. No es solo fútbol. Es supervivencia. Es ego. Es reputación. Y en este duelo, hasta el empate puede doler más que una goleada.
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