Fuente | Óscar Portilla
Hoy es un día de profunda indignación. La crisis de las apuestas y las mafias en el fútbol ecuatoriano ha tocado niveles insostenibles. Una reciente denuncia anónima publicada en Primicias ha dejado al descubierto la putrefacción que se está apoderando de nuestra liga profesional. Jugadores que se ven amenazados de muerte por no cumplir con los intereses de mafias vinculadas a apuestas, partidos manipulados, sobornos por cometer un penal y amenazas físicas si no se cumplen las órdenes. Todo esto sucede mientras el fútbol ecuatoriano, una vez lleno de pasión y orgullo, se ve trastornado por fuerzas externas que roban su esencia.
La denuncia es desgarradora: cinco mil dólares por un penal, golpes y amenazas, y la exigencia de perder partidos de manera premeditada. Todo orquestado por mafias que operan desde las sombras, con nombres como “los lobos” o Colón P. El testimonio de este jugador, que prefiere mantenerse en el anonimato, revela una pesadilla que nunca debió ser parte del deporte.
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