Fuente | Ariel Velasco

Lo de Ecuador contra Argentina fue puro cine.
Primero, les bajamos del Ranking FIFA. Después, les clavamos un penal al mejor atajador de penales del mundo. Y como si fuera poco, les ganamos en su casa, con un público que terminó escuchando un coro inesperado: el ‘Ole’ ecuatoriano.

La frutilla del postre: la expulsión de Otamendi en su último partido. Una despedida amarga para un campeón del mundo, cortesía de la Muralla Sudamericana.

Ecuador no solo clasificó: se dio el lujo de escribir una escena histórica contra el campeón vigente. Porque a veces el fútbol no es solo competir: es dejar un recuerdo imborrable. Y este, sin dudas, lo fue.

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