El alcalde Pabel Muñoz fue claro: “Concentración Deportiva de Pichincha no ha hecho el mantenimiento. Es hora de actuar”.
Y así se encendió el proceso que busca quitarle el control a la CDP y devolverle al pueblo quiteño su ícono deportivo más sagrado: el Estadio Olímpico Atahualpa.
El Municipio de Quito asumirá la administración del “Coloso del Batán”, símbolo de historia, goles y gloria nacional.
La razón: abandono, deterioro visible y desinterés institucional. El estadio necesita una intervención urgente y total.
Muñoz no solo habló de decisiones políticas. Habló de memoria colectiva, de emociones compartidas:
“La Casa de la Selección es de todo el país. Pero su sede, su cuna, siempre fue el Atahualpa. Hay que recuperarlo”.
El proceso buscará ser coordinado, sin polémicas innecesarias. Los clubes de Quito ya fueron informados. Todos están de acuerdo, además, los clubes alternarán de reducto deportivo entre el Rodrigo Paz Delgado o el Gonzalo Pozo Ripalda. La ciudad exige acción. Y la historia también.