Fuente | Óscar Portilla
En mi generación nos decían “fracasados”, que Ecuador no tenía ni la capacidad ni la oportunidad de destacarse a nivel internacional. Periodistas deportivos aseguraban que jamás íbamos a clasificar a un Mundial… pero los tiempos cambiaron.
Piero Hincapié, Willian Pacho, Moisés Caicedo y compañía entendieron algo clave: no eran menos que nadie. Salieron a jugar de igual a igual frente a cualquiera, y empezaron a dejar huella en Europa. En el Mundial 2022 nos dijeron que Ecuador era candidato a ser campeón del mundo. Muchos lo tomamos como un sueño imposible… hasta que estos chicos comenzaron a demostrarnos que pueden comerse el mundo.
Hoy, Moisés Caicedo, tras levantar el Mundial de Clubes con Chelsea, lo dijo sin miedo:
“Quiero que Ecuador sea campeón del mundo”.
Esta generación de jóvenes cambió la historia. Ellos marcan un camino de esfuerzo, disciplina y sueños cumplidos… mientras nuestros políticos siguen marcando una pauta de corrupción, malos negocios y mala imagen.
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