Fuente | Óscar Portilla
Y un día Independiente del Valle perdió… Así, simple, directo, histórico. Después de 22 jornadas sin conocer la derrota, el líder absoluto del fútbol ecuatoriano tropezó. Seis meses después, cayó el equipo más sólido del torneo.
La jornada dejó 19 goles, emociones por todos lados y un aire nuevo en el campeonato. Ganaron los locales —Manta, Liga Deportiva Universitaria y El Nacional— y también los visitantes: Macará sorprendió al Cuenca, Católica dio el golpe ante el invencible Independiente y Barcelona se impuso con jerarquía en Machala.
El torneo parecía sentenciado, pero ahora tiene un sabor distinto.
Liga Deportiva Universitaria encendida, aplastando rivales, jugando su mejor fútbol del año. Cuatro goleadas consecutivas, cinco si contamos aquella epopeya ante Palmeiras (3-0) que aún resuena en el Rodrigo Paz como eco de su grandeza internacional.
Barcelona, por su parte, ganó con carácter, recordándole al país que no está muerto: solo dormido. Pelea con orgullo por ese boleto directo a fase de grupos de la Copa Libertadores.
Mientras tanto, Emelec volvió a caer, y no solo preocupa la derrota, sino la forma: perdió ante un equipo que no entrenó en toda la semana. Ya no es mala suerte. Es reflejo de un plantel que ha perdido rumbo, alma y orgullo.
La moraleja de la fecha: el invencible tropezó, los grandes despertaron y el campeonato volvió a arder.
Se avecina una tormenta perfecta. Liga y Barcelona, encendidos, se enfrentarán pronto en un Clásico Nacional que promete ser una final anticipada.
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